EL MISTERIO DE NOTTING HILL

El misterio de Notting Hill, considerada la primera novela de detectives inglesa, trata de tres misteriosas muertes, una de ellas por suicidio, otra por envenenamiento y la tercera sin causa identificada. Todas ellas aparecen vinculadas por la relación que une a las víctimas con un misterioso hipnotizador profesional y por una herencia de la que, en distinta proporción, hubieran podido ser beneficiarias. El original se publicó por entregas en un semanario inglés en 1862 y en forma de volumen en 1865, firmada por Charles Félix. Solo en el siglo XX se descubrió que el autor se ocultaba con un pseudónimo que correspondía a un abogado y editor llamado Charles Warren Adams (1833-1903).
La trama, bien concebida, se presenta como el exhaustivo informe que un investigador presenta al secretario de una de las Compañías de Seguros que deben pagar las pólizas que componen el legado causante de las muertes. De acuerdo con este planteamiento, la redacción se asemeja a la de una novela epistolar, en tanto que se compone de textos de declaraciones, informes médicos y policiales, cartas, fragmentos de diarios, etc. Los diálogos son prácticamente inexistentes, lo mismo que los detalles ambientales y el estudio psicológico de los personajes. El desarrollo argumental está elaborado en términos objetivos a través de un narrador que escribe por motivos profesionales y no le interesa conocer la dimensión humana de los implicados en el asunto del que trata. En consecuencia, los aspectos técnicos adquieren mayor importancia que los propiamente novelísticos y el estilo responde a una finalidad puramente informativa, sin proyección estética. El autor centra el interés de la historia en el tema del hipnotismo como medio de curación, muy en boga a finales del siglo XIX en toda Europa. La intriga se basa en la minuciosidad y precisión con que se recogen los detalles de la labor realizada por el investigador que trabaja para la aseguradora. El desenlace, más bien ambiguo, no se refiere tanto a la identidad del culpable, evidente desde el principio, como a las reducidas esperanzas de demostrar ante la justicia su culpabilidad.

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