EL MUSEO DE LA RENDICION INCONDICIONAL

Relato que recoge las reflexiones de varios personajes sobre el exilio, la existencia, la sedimentación de los recuerdos propios y ajenos, la presencia del arte en sus diversas manifestaciones, la añoranza del hogar, etc.
La autora (Yugoslavia, 1949) abandonó su patria en 1993 por motivos políticos, y este aspecto es quizá el de más fuerza en la obra, publicada en 1996. La acción se desarrolla en Berlín, donde viven muchos inmigrantes procedentes de países del Este. La autora va mostrando rasgos de los diversos personajes, cada uno en su paisaje, en su exilio, en su época -recorre la segunda mitad del siglo XX- y pone en boca de la narradora recuerdos de su infancia, de sus padres, de amigos, etc., con lo que resulta un mosaico, hecho de instantes fugaces, en el que se mezclan personas, lugares, pertenencias, destinos, traiciones. Y todo ello con numerosas referencias al arte y a la escritura. La fragmentación de la obra está presente tanto en la estructura como en el contenido; también hay párrafos en inglés, ruso, alemán..., quizá para plasmar la idea de que "ahora ni sé quién soy, ni dónde estoy, ni de quién soy". No hay sentido de la trascendencia. Tal vez la autora deje esa multitud de rasgos abiertos porque no quiere acabar en cualquier vitrina del Museo de la Capitulación Incondicional en Berlín, cerrado en el verano de 1994, cuando los últimos soldados rusos abandonaron la ciudad.

TROA