EL PAIS ESCONDIDO

Maggie es una niña de 12 años que vive en el Bilbao de los años 80. Su madre la abandonó y se ha criado con su abuelo. Pero su abuelo comienza a perder la cabeza por una enfermedad degenerativa y Maggie tendrá que cuidar de él, mientras huyen de las asistentes sociales que quieren separarlos. También decidirá buscar a su madre y para ello se adentrará en el mundo de los drogadictos de la ciudad. Pero nada sale como esperaba.
Maggie es distinta. El abandono de su madre ha potenciado su fantasía y un rico mundo interior imaginario que exterioriza a través de sus dibujos. Ella cree que todo lo que dibuja se convierte en realidad. También descubrirá nuevos amigos, como el vecino de arriba y un misterioso fantasma que vive en la casa de al lado.
La novela, escrita en tercera persona, toma el punto de vista de la niña e intenta reproducir su modo de pensar imaginativo y alterado por sus carencias afectivas infantiles. El autor usa una prosa poética con elementos fantásticos para enfrentarse a problemas reales y graves como una enfermedad mental degenerativa, la drogadicción –encarnada en la madre de Maggie-, el terrorismo de ETA o los problemas obreros en los astilleros vascos. La enfermedad del abuelo está tratada con delicadeza y cariño. Y en el conflicto terrorista de ETA, los que pierden siempre son los niños con un estremecimiento que desgarra.
El texto viene acompañado de los supuestos dibujos de Maggie, pintados realmente por una mujer con síndrome de Down. El autor explica su historia.
Un libro cross-over que gustará a adolescentes a partir de 16 años y adultos.
Respecto a los valores del libro, ensalza la diversidad de las personas y su aceptación (síndromes de Down, personas con demencias o carencias afectivas…). Puede servir como herramienta pedagógica en las aulas también para entender la crueldad del terrorismo, pero los jóvenes necesitarán alguna introducción histórica para entender el conflicto etarra, del que muchos no tienen casi referencias.

Silvia Martínez