EL PORQUÉ DE LOS POPULISMOS

El profesor de comunicación política Fran Carrillo, ha reunido en El porqué de los populismos un conjunto de colaboraciones de diversos autores que giran en torno al concepto, sentido y formas interpretar las ideologías que inspiran las corrientes populistas actuales, de uno u otro signo, que se disputan el favor de las masas.
Aunque cada uno de los expertos en sus respectivos ensayos aborda distintos aspectos de las mencionadas tendencias, la mayor parte de ellos coincide en la necesidad de someterlas a un análisis crítico racional para evitar las propuestas demagógicas destinadas a confundir a los electores. El Populismo, a lo largo de la historia, ha sido utilizado como recurso para atraer voluntades en favor de una determinada causa, de acuerdo con las circunstancias de cada momento. Monarcas, emperadores, militares, nobles y plebeyos, intentaron movilizar a sus partidarios con el fin de resolver problemas que amenazaban la existencia en paz o la prosperidad de sus respectivas sociedades. En el momento actual, también las propuestas de los líderes responden a estos mismos planteamientos, aunque difieren a la hora de presentar soluciones. En este sentido los participantes en el estudio abordan desde distintos ángulos las más conocidas manifestaciones del populismo. Se muestran, en general, especialmente críticos con las versiones del populismo antisistema, que representan en España Pablo Iglesias y en Venezuela y Grecia los señores Maduro y Tsypras, que, en estos dos últimos casos, han conducido a la ruina a sus respectivos países. En el mismo sentido, se pone de relieve que, de alcanzar el poder y llevar a la práctica sus promesas electorales, el señor Iglesias obtendría para España resultados tan desastrosos como los de sus dos citados predecesores. El triunfo de Donald Trump en los Estados Unidos y el auge de Marine Le Pen en Francia se considera una modalidad de populismo de carácter diferente a los anteriores que persigue objetivos de afirmación nacional ante la pérdida de valore tradicionales que se proponen rescatar. En ambos casos se trata de movimientos que recogen buena parte de las aspiraciones de los electores, si bien se mueven dentro del marco de unas instituciones democráticas ya consolidadas que pueden moderar las actitudes radicales. La obra ofrece en su conjunto, con estilo ágil y asequible para el lector no especializado, una serie de propuestas que desmontan los argumentos demagógicos utilizados con mayor frecuencia por los líderes de los partidos populistas dentro y fuera de España.

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