- Editorial: HOMOLEGENS
- Año de edición: 2020
- ISBN: 978-84-18162-46-6
- Páginas: 200
- Colección: < Genérica >
- Idioma: Español
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A nadie se le escapa que Weigel es toda una autoridad en cuestiones eclesiásticas. Conocido como biógrafo de Juan Pablo II, también ha estudiado a fondo la historia pontificia de los últimos siglos. Con este bagaje, se entiende que esté en una posición muy buena para detectar los desafíos a los que se enfrentará en los próximos decenios la Iglesia. Con la mirada puesta en el pasado reciente, busca en este libro analizarlos para ayudar al próximo pontífice en su misión de gobernar la barca de Pedro.
A diferencia de los dos papas anteriores, es cierto que, como indica Weigel, Francisco no vivió personalmente lo ocurrido durante el Vaticano II. Eso explica en gran parte la orientación que ha dado a su pontificado. Pero, lo quiera o no, es un papa conciliar porque todavía su forma de entender la Iglesia está marcada por lo ocurrido durante el papado de Pablo VI.
El próximo papa será, a juicio del periodista americano, una figura de transición. Por esta razón, cree que parece apropiado meditar ahora sobre lo que la Iglesia ha aprendido de sus experiencias durante los pontificados de estos tres papas conciliares, e insinuar cuánto de ese aprendizaje podría asumir el propio Papa.
No se trata de un estudio sociológico, sino espiritual. En este sentido, la pregunta de Weigel desborda la perspectiva mundana. Lo que pretende es responder a una pregunta: ¿qué está queriendo decir el Espíritu Santo durante estos años a la Iglesia? En la respuesta a este interrogante, cree que se pueden deducir las cualidades que habrá de tener el futuro sucesor de Pedro.
El próximo Papa, por ejemplo, tendrá que enfrentarse decididamente al proyecto de Nueva Evangelización y a la menor importancia de la fe en el mundo desarrollado. Al mismo tiempo, no podrá descuidar la crisis en la que se encuentra sumida la persona, atacada por diversos flancos, como el transhumanismo y el antiespecismo. Tendrá, asimismo, que dar mayor peso a los laicos y atajar la profunda reforma del Vaticano que han empezado los últimos papas.
El próximo Papa debe mostrar la llamada universal a la santidad y la responsabilidad universal de evangelizar como arraigadas en el carácter bautismal otorgado a todo cristiano. Y debe procurar de tal manera que estas verdades se trabajen más a fondo en el tejido de la vida católica en todas sus expresiones, explica.
A ello, hay que añadir la importancia que en el futuro próximo tomará el diálogo interreligioso. A este respecto, Weigel cree que este no debe confundirse con el relativismo, sino que todo diálogo implica el reconocimiento de la verdad. En cualquier caso, de lo que no hay duda es de que el próximo Papa deberá moverse en un círculo más amplio que el marcado por las tres religiones.
Un libro que interesará a quienes muestren preocupación por los retos que debe afrontar la Iglesia en los próximos años.
TROA
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