EL RECIEN LLEGADO

Cada novela policiaca tiene un estilo, que si el autor es bueno la hace peculiar. Es el caso de Marco Vichi (Florencia, 1957). Sus novelas tienen como protagonista al Comisario Bordelli, y se ambientan en Florencia y la Italia de los años sesenta del siglo pasado, una época de cambios, todavía con la memoria de la Guerra, pero ya en marcha hacia una nueva concepción de la sociedad, que comienza a gozar de una cierta estabilidad y bienestar.
Los dos grandes protagonistas son Bordelli y Piras el sardo, su ayudante, quien resultó herido en acto de servicio y se encuentra convaleciente en su isla, a los cuidados de su madre, pero tan activo que en la novela protagoniza una segunda trama policiaca, aunque ayudado y aconsejado por el Comisario.
Estamos en Navidad en Florencia, ya que la novela se desarrolla entre 12 y el 31 de diciembre de 1965, donde el frío y la lluvia están muy presentes. Bordelli tiene que descubrir al asesino de un usurero y chantajista, Badalamenti, al que ya le tenía echado el ojo, pero que no llega a poder investigarle en vida por la falta de colaboración del juez. Badalamenti está pintado como un personaje absolutamente indeseable y falto de escrúpulos, que se hace odioso para el lector. La dificultad para hacer justicia con sujetos como éste hace que el Comisario se mantenga en una actitud de crítica rebelde con la sociedad y sea muy escéptico.
El comisario, con poco más de cincuenta años, recuerda con frecuencia escenas de la guerra de la que participó y de los fascistas con los que tuvo que verse, que son intercalados en el relato, constituyendo un tercer polo de lectura.
Otro nivel es el de los delincuentes, ladronzuelos de bajo nivel, conocidos por Bordelli y que aparecen en la novela tratados con una cierta misericordia y manifestando que son personas a las que la vida y su poca voluntad les ha empujado a un pobre y censurable oficio. Entre ellos destaca el Botas, excelente cocinero que prepara una insólita cena de Navidad para el Comisario y sus amigos. También aparece Rosa, la prostituta redimida, consuelo del Comisario. Y con todos estos personajes de fondo se monta la investigación peculiar del asesinato, la resolución del caso y la manera en que Bordelli, a su modo, se convierte en administrador de justicia.
La novela es larga, entretenida, variada, bien escrita y aunque tenga un fondo policiaco es una buena crónica de la Italia de mediados del siglo pasado.

Alberto Portolés