EL REINO DE CELAMA

La obra integra los tres volúmenes narrativos que el autor ha dedicado a crear Celama, un territorio novelístico propio situado en una llanura o páramo, limitado por montañas, cruzado por dos ríos y poblado por numerosas villas, cuyos habitantes son los protagonistas de este entramado de historias.
"El Espíritu del Páramo", primera y más breve parte de la trilogía, es un conjunto de evocaciones líricas sobre personas, lugares y paisajes reelaborados por vía literaria para darles dimensión de símbolo. Los perfiles humanos están bien trazados, las descripciones son expresivas y el estilo, elegante. "La Ruina del Cielo" encierra una metáfora del vivir cotidiano, desplegada a través de gentes sencillas que vivieron con dignidad y pasión, y murieron y fueron olvidadas como correspondía a su insignificante grandeza. El estilo, muy sobrio, requiere una lectura pausada para captar recovecos y matices expresivos de un texto muy personal que no pretende ser ameno, aunque cuente con algún rasgo de humor. "El Oscurecer" es un poema en prosa protagonizado por un anciano cuya claridad mental comienza a nublarse. Soledad e impotencia predominan en esta narración, impregnada de lirismo y dedicada al tema de la vejez y la decadencia. El estilo y la técnica alcanzan destacada calidad y la intimidad de los personajes está expresada con gran fuerza dramática. En cuanto al contenido, la trilogía resulta bastante homogénea: el ensueño, la nostalgia, la melancolía, la amargura y el pesimismo son rasgos comunes dominantes, suavizados por la delicada belleza con que esta falta de esperanza se plasma en palabras.

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