EL RELOJ DE SOL

Shirley Jackson (1916-1965) publicó El reloj de sol en 1958 y como la mayor parte de sus obras, pronto fue traducida a varios idiomas incluido el español. En ella con la excusa del fin del mundo, que ocurriría en pocos meses, se describen las relaciones humanas entre doce personajes que ocupan una gran mansión con un inmenso parque en el que se incluye un laberinto, un jardín secreto, un lago y una torre con un reloj de sol. Todavía en esa época había una serie de corrientes apocalípticas que defendían el próximo fin del mundo y hasta daban fechas exactas, que luego, lógicamente no se cumplieron.

El actual propietario de la casa está inválido, ayudado por una enfermera y custodiado como todos los habitantes por su mujer, la señora Halloran. El resto de la familia es la hermana del dueño, la tía Fanny, su nieta Fancy y su nuera, Maryjane que está enferma de asma y viuda de Lionel, recién fallecido y heredero de la mansión. Y junto a ellos, Essex y Olgivie, personal de la casa. A estos hay que añadir la señora Willow y sus dos hijas que han venido de visita a la casa y dos personajes más: Gloria y el llamado Capitan.

La tía Fanny tiene una aparición de su difunto padre que le anuncia que el mundo se va a acabar y solo quedarán vivos los que estén dentro de la casa. Lo comunica al resto de la familia y todos se lo creen y comienzan los preparativos para ese momento. A partir de aquí las escenas son casi todas de interior, recogiendo los diálogos y las posturas de los doce habitantes; muestran el egoísmo en todas sus facetas y es imposible quedarse con ninguno de ellos porque todos piensan únicamente en sí mismos, basta recordar el sueño de la señora Halloran de vivir sola en una casa solo para ella en la que tuviera un solo plato y una sola taza. Este personaje, soberbio y dominante, es el más siniestro de todos y se hace desagradable en todo momento.

La tía Fanny es el ejemplo del orgullo de clase y del desprecio de los inferiores y del abuso de ellos. Essex es un hombre sin principios que vive parasitando a la familia. Y la señora Willow es un ejemplo de querer aprovecharse de los demás, sirviéndose de las circunstancias.

La novela se lee muy a gusto porque es ágil, irónica, en algunos momentos cómica y siempre con una narración agradable, de forma que el tiempo no la ha afectado y sus personajes continúan siendo muy reales en la sociedad actual.

TROA