EL SACERDOTE INMADURO

El autor (Milán, 1969) se graduó en ingeniería electrónica y luego se ordenó de sacerdote en 1993, en la diócesis de Milán. Obtuvo su licenciatura en Psicología y en Teología en la U. Gregoriana. Experto en psicología pastoral, este ensayo fue escrito pensando inicialmente en unos ejercicios espirituales con el hilo conductor de la infancia espiritual, para mostrar que en el evangelio Jesús nos da indicaciones importantes para ser, a la vez, niños y adultos. En diez capítulos estudia, por ejemplo, vivencias como la ansiedad, la soledad, la riqueza de la propia intimidad, o la necesidad de vinculación a un grupo, como elementos de la maduración de la personalidad. Le interesan especialmente los aspectos de psicología evolutiva, claves en el diagnóstico de un estancamiento en el proceso de maduración de la personalidad.
El enfoque es generalmente acertado, sin estridencias, con un sentido común que prevalece sobre sus referencias (a veces innecesarias) al psicoanálisis y a la psicología de Adler. Conecta bien con los datos del Evangelio, de forma que sabe extraer aspectos interesantes de los detalles humanos de Jesucristo, perfectus homo, aunque no estamos ante un libro de Teología Espiritual del sacerdocio. Llamará la atención una de las conclusiones del autor: que sólo un cierto grado de inmadurez proporciona la base humana para la oración, pero quizá esto sea solamente una forma de aludir a la humildad y a la vivencia de la propia pequeñez como necesarias para acceder al Reino de Dios. El capítulo sobre la oración no subraya suficientemente la verdadera finalidad de la oración cristiana: el trato personal, de tú a Tú con la con la Segunda Persona de la Trinidad, más que el acercamiento a su doctrina o su ley. El libro será útil a quien desempeñe tareas de asesoramiento espiritual de seminaristas y sacerdotes y cuente con una formación psicológica previa.

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