EL TREN DE LOS HUÉRFANOS

Cristina Baker Kline narra como entre 1854 y 1929, en Estados Unidos, los llamados trenes de los huérfanos transportaron a más de doscientos mil niños abandonados, huérfanos y sin hogar, muchos de ellos inmigrantes católicos irlandeses de primera generación como la protagonista de este libro, desde la costa Este de Estados Unidos hasta las zonas rurales del Medio Oeste para su supuesta adopción. No todos tuvieron una suerte favorable y algunos de ellos serían simplemente mano de obra barata para los granjeros que los acogían. Apoyada en esta historia de desarraigo que subraya un momento significativo del país, Christina Baker Kline da vida al personaje de Vivian Daly, una acomodada anciana nonagenaria que con la ayuda de Molly Ayer, una joven de diecisiete años en régimen de acogida, y obligada a prestar un servicio social por su mala conducta, desempolvará las cajas llenas de recuerdos que aún conserva en el desván de su casa.
Las vidas de la anciana y la joven, aparentemente tan distintas, confluirán en el deseo de pertenencia y la dureza del desarraigo. La experiencia de la precariedad de los lazos afectivos les ha obligado a ambas a protegerse desesperadamente tras la coraza de la resignación y la desconfianza, sin embargo, poco a poco serán conscientes de que las primeras pérdidas pueden ser la puerta para las segundas oportunidades.
La autora sitúa a sus personajes entre el Maine contemporáneo y la Minnesota de los tiempos de la Gran Depresión, moviéndose entre los recuerdos del pasado y las vivencias del presente. De una manera sencilla y en ocasiones emotiva, refleja una realidad dura sobre la inmigración, la pobreza, la desesperación y el desarraigo; y a pesar de todo, la posibilidad de una salida hacia lo bueno que puede ofrecer la vida.

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