EL TREN DEL VILSO

Un pueblo del norte de España, cuya actividad gira en torno al ferrocarril de vía estrecha que lo atraviesa, se ve amenazado de desaparición al quedar inutilizado el tren debido al auge del transporte por carretera. La acción se centra en la alarma de los vecinos ante el inminente final de un valioso elemento que para muchos de ellos significa su medio de vida. El protagonista, un niño hijo de un ferroviario, narra la historia de su familia, vinculada a la historia del tren desde el mismo momento en que construyó la línea férrea. Mientras los adultos piensan e intercambian ideas para la supervivencia del pueblo en el futuro, el protagonista se dedica a buscar a su perro, un cachorro muy joven al que dejó olvidado durante una excursión en un pueblo deshabitado, al huir de alguien que parecía un fantasma. Las dos subtramas terminan por confluir en una misma línea argumental, envuelta en un atmósfera de misterio, que trata sobre una grave cuestión social y señala el consuelo que el apoyo de los amigos supone para resolver situaciones difíciles. Un antiguo guardabarrera del tren, ya anciano, que regresa a su pueblo a morir después de muchos años de ausencia, descubre la idea que puede dar un giro favorable a la deprimida economía local. La autora pone de manifiesto la importancia de saber adaptarse a los cambios que el progreso impone a la sociedad, a base de imaginación y espíritu de iniciativa. En paralelo señala la necesidad de transmitir de padres a hijos las vivencias de una comunidad pequeña y aislada para mantenerla unida frente a la adversidad. Escrita con estilo sencillo, esta novela destaca por su bien lograda ambientación y el tono esperanzador de su contenido.

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