EL ÚLTIMO HOMBRE BLANCO

Nuria Labari, periodista, se inició en el mundo de la literatura con relatos. En 2016 publicó su primera novela, pero fue en 2019 cuando empezó a editar en Random House con su novela La mejor madre del mundo.
En El último hombre blanco habla una mujer de algo más de cuarenta años, situada en la cima del mundo profesional. Tiene un alto cargo, cobra un sueldo exorbitante y se dedica plenamente al trabajo. Convencida del mito de la igualdad absoluta puso entre sus objetivos llegar a ser uno de ellos, cosa que parece ha conseguido. En su ambiente laboral percibe, como mujer que es, que se encuentra en un mundo de otros, incluso quiere participar en los chats profundamente sexistas de sus compañeros de trabajo cuyos chistes, bromas… siguen considerando a las mujeres otro tema. Intenta tener sus mismos sentimientos al establecer las metas y objetivos, despedir sin más cuando es rentable. Y algo se rompe en su interior. Incluso se considera el hombre en sus relaciones familiares, atiende poco a su hijo porque ya lo hace su marido que, según ella, vive muy bien gracias a su sueldo.
La novela está escrita desde su propio punto de vista, y puede a ratos parecer un ensayo, aunque hay diálogos y otros personajes con los que se relaciona. Por su condición de mujer dentro de un mundo de hombres hace referencias a veces muy burdas sobre temas sexuales. Y a pesar de su ruptura interior, no hay ningún cambio o búsqueda de otro modo de enfocar las cosas. Se trata de una reflexión que puede resultar triste y que en el fondo deduce que el mito de la igualdad no es más que un mito en el que ella se ha embarcado.

Carmen Trigo