EL ULTIMO SAMURAI

El último samurái, de Helen De Witt (Maryland, 1957), se publicó en 2001 y se acaba de reeditar. Es un libro singular, con una estructura nada convencional que cuenta la historia de un niño superdotado.
Sibylla es una madre soltera estadounidense con un hijo llamado Ludo que con seis años es capaz de entender varios idiomas y leer La Odisea. Su madre trabaja transcribiendo viejas revistas y gasta todo su dinero y esfuerzo en la educación del niño que progresa constantemente en diversos saberes. Su mayor entretenimiento es ver juntos la película Los siete samuráis de Kurosawa; esta película constituye el punto de arranque de la segunda parte y es como el telón de fondo del aprendizaje del protagonista, que narra en primera persona descubrimientos y lecturas que en ocasiones se transcriben en signos de otras lenguas.
Ludo, que siempre ha vivido sin una figura paterna, al contemplar esas escenas cinematográficas y el valor de esos guerreros, decide lanzarse a buscar a su progenitor. Viaja en secreto a Londres y conoce a siete hombres que le demuestran su arrojo e inteligencia de forma que cada encuentro con estos personajes es un nuevo aprendizaje y un paso más hacia su madurez.
La novela, muy extensa, está repleta de citas, cambios tipográficos y referencias en otras lenguas que pueden simbolizar el vasto universo intelectual que posee el protagonista. Junto a sus proezas culturales, lo más destacable es el amor entre madre e hijo y el anhelo del niño por conocer a su padre, lo que da lugar a diversas aventuras. La autora ofrece una escritura muy creativa, cambia constantemente de ritmo, niveles estilísticos y registros narrativos, pero quizá su mayor logro es la capacidad de adentrarse en la mente de un niño superdotado. Por sus características literarias, el libro va dirigido a un público más bien lector.

Reyes Cáceres