EL VERANO EN QUE MI MADRE TUVO LOS OJOS VERDES

Tatiana Tibuleac (Chisináu, Moldavia, 1978), periodista y escritora rumana, obtuvo con su novela El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes, el Premio de la Unión de Escritores Moldavos y el Observator Cultural. La trama es una dura historia familiar de gran contenido psicológico en la que la autora deja espacio para la ternura. El relato está contado en primera persona por Aleksy, adolescente rebelde y con problemas psicológicos, al que le gusta pintar y que forma parte de una familia rumana un tanto peculiar: su padre ha abandonado el hogar y su madre le ha prestado poca atención y trata casi con indiferencia a su hijo, más aún después de la muerte de la hermana de Aleksy.
El chico odia a su madre y la desprecia, añora a su hermana muerta y desea escaparse a Ámsterdam para vivir alguna aventura erótica y probar la droga pero no le es posible y en las vacaciones de verano de ese año se tiene que resignar a estar solo con su madre en un pequeño pueblo francés. Todo comienza a cambiar cuando su madre le comunica que padece un cáncer avanzado y le quedan pocos meses de vida. A raíz de entonces Alesky la mira de otra forma y se inicia un proceso gradual de comunicación y cariño entre una mujer enferma y arrepentida y un adolescente problemático de forma que mientras que ella va deteriorándose físicamente se robustecen los lazos que unen a ambos y el chico crece en madurez.
Tatiana T. logra una obra original y de extraordinaria calidad literaria con una narración sin apenas diálogos pero de profunda introspección que muestra con sinceridad brutal los sentimientos -el sufrimiento, el amor, el odio, la frialdad y la culpa- pintados como a salvajes brochazos y con una prosa intensa que no da respiro. La novela diseña a sus personajes sin ocultar detalles de crudeza pero, formalmente, todo está revestido de un potente lirismo que deja escapar acentos emotivos y refleja un interesante fondo temático donde el perdón y la reconciliación son posibles.

Reyes Cáceres