EL VIAJE DE PARVANA

La obra continúa la historia de Parvana, una niña afgana que ya protagonizó otra novela anterior de la autora titulada “El pan de la guerra”. La acción se inicia con la muerte de su padre en una aldea desconocida mientras huían de Kabul, la capital de Afganistán, en la época en que estaba en poder de los extremistas talibanes, a mediados de la década de 1990. Una vez sola, continúa su marcha hacia un campo de refugiados dónde supone que pueden estar su madre y el resto de sus hermanos pero sin saber exactamente en donde se encuentran. Por el camino, recoge a un bebé que gime agonizante al lado de su madre muerta entre las ruinas de un pueblo bombardeado y se lo lleva consigo después de reanimarlo. Más adelante hace amistad con otro niño, que ha perdido una pierna por la explosión de una mina y lo invita a seguir con ella para cuidar juntos al pequeño. Poco después junto a un campo de minas encuentran una choza, oculta por un desfiladero, donde vive una niña que cuida de su abuela, única superviviente de su familia y con ella permanecen varios meses hasta que una bomba cae sobre la choza y mata a la anciana a la que no pudieron sacar fuera a tiempo. Una vez enterrada esta, siguen camino, acompañados por la nieta, infatigables, en busca de la madre de Parvana. La obra, bien escrita, refleja con sobrio realismo la tragedia que la guerra supone para los cuatro niños, antes no habituados al frío, el hambre, la suciedad y el abandono. Sin embargo, todos ellos, cada uno en la medida en que su edad y sus capacidades se lo permiten, muestran una notable fuerza de voluntad para sobrellevar con buen ánimo el sufrimiento, el dolor y las carencias de todo tipo. Pese a las continuas dificultades persisten de modo ejemplar en ayudarse fraternalmente unos a otros con generosidad y actuar de modo disciplinado y solidario para que el grupo continúe unido como si de verdaderos hermanos se tratase.

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