EL VIEJO RIVERS

Thomas Wolfe recrea en El viejo Rivers el final de una épocamarcada por las consecuencias de la Gran Depresión y en la que brillan con luz propia los autores de la Generación Perdida. Con un tono diferente al estilo característico del autor, menos lírico, esta breve novela constituye un agudo y algo caricaturizado retrato psicológico que evoca la estrecha colaboración entre el narrador y su amigo, el editor Maxwell Perkins, un veterano editor algo aparcado por las novedades literarias. Su trasunto, Rivers, es un hombre ya mayor y achacoso, que goza con la vida social neoyorkina y de la amistad de caballeros como él. Acostumbrado a los tradicionales modos de trabajar, elitistas y obsoletos,rechaza las nuevas modas de los escritores que incluso se atreven a utilizar palabras malsonantes, algo que el detesta profundamente ya que está obsesionado con la decencia a la hora de escribir. Rivers se jacta de sus selectas amistades así como de haber sido el “arbitro del gusto estético” y prosigue con sus rutinarias costumbres: leer la correspondencia cada vez más exigua, asistir a cenas de gala y alternar con distinguidas viudas sin darse cuenta de que la sociedad ha evolucionado. Rivers, sin retirarse del todo, en el fondo desearíajubilarse y vivir en una granja.
La narración, que fue publicada en 1947 tras la muerte de Maxwell Perkins, refleja el ambiente editorial de entreguerras con la recreación de un personaje emblemático. La agudeza y detalle con las que Wolfe dibuja los rasgos psicológicos de Rivers y su fuerza expresiva para mostrar la decadencia de alguien que no se resigna a desparecer del mapa son los pilares de un relato brillante. Thomas W. recurre a abundantes guiños humorísticos para mostrar a un hombre que oscila entre la ternura y lo ridículo de forma que el lector empatiza con este anciano que no es capaz de asimilar la modernidad pero tampoco consigue apartarse de ella. Más que por el tema en sí, la obra destaca por la calidad de la prosa y el lenguaje empleados por su autor.

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