EN EL CASTILLO DE ARGOL

Albert es un joven francés, de familia noble y rica, que decide pasar unos días de descanso en el castillo de Argol (Bretaña). En ese lugar solitario transcurren unas veladas intensas, compartidas con dos huéspedes: su amigo Herminien y Heide, su acompañante, una mujer a la vez infernal y divina, que ejerce sobre su ánimo una perturbadora y sensual seducción. Esta novela breve es la primera obra narrativa de su autor, publicada en 1938.
Este primer relato de Gracq revela ya las características peculiares de su perfil de escritor, que se decantaría en el futuro hacia la novela gótica, la estética surrealista y el gusto por el romanticismo. Con una lucidez asombrosa, pero con un estilo rebuscado en el que se acumulan demasiadas imágenes simbólicas, recrea una atmósfera irreal, evanescente, pero de fuerte magnetismo, para acentuar el drama que interpretan los tres únicos personajes que intervienen en la obra. Son magistrales las descripciones ambientales del espacio interior y exterior del castillo, aunque adolecen de metáforas abigarradas, que restan algo de nitidez y transparencia a un estilo de por sí muy elaborado.
En el planteamiento de fondo se percibe el influjo del pensamiento de comienzos de siglo, de inspiración nietzcheana: el sentimiento del absurdo y la amenaza de la muerte, que concluye con un suicidio, veladamente descrito. Uno de los más clásicos relatos de ciencia-ficción de Asimov, "El niño feo", se ha convertido en novela a base de ampliar los elementos temáticos condensados en su argumento. En el siglo XXI, un grupo de investigadores consigue traer a un niño neanderthal hasta el tiempo en que transcurre la acción. Una vez educado y civilizado, el experimento se da por concluido, y se decide devolverlo a su época, sin conceder importancia al trastorno físico y psíquico que esto pueda provocarle.
Publicada en el año de su muerte, 1992, la obra muestra tanto el agotamiento creativo de Asimov como la pervivencia de sus dotes narrativas y la fructífera eficacia de su colaboración con R. Silverbeg. Lo que en su momento fue un excelente cuento, imaginativo, bien planteado y escrito con agilidad, se ha convertido ahora en un producto comercial artesano, de buena factura técnica pero falto de genio. La obra es entretenida y se lee con facilidad, pero tiene un interés muy limitado porque en todo momento se notan los elementos postizos añadidos al argumento original.El tema de fondo de esta historia es el muy real enfrentamiento entre los aspectos positivos de la experimentación científica y el daño que pueden causar a los seres humanos en quienes se llevan a la práctica.Asimov resuelve el conflicto por vía sentimental, con un desenlace de buen efecto novelístico pero de muy poca viabilidad. En todo caso, se hace evidente el riesgo de todo tipo que entrañarían estas hipotéticas incursiones temporales.

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