EN JARDÍNES AJENOS

Los once relatos que integran el libro tienen en común la tristeza ante la muerte, la vejez o la soledad. El autor (Winterthur, 1963) es redactor de una importante revista literaria suiza.
Los cuentos son intimistas y los lugares en que transcurren dispares, pero siempre definidos, normales, cotidianos, y la mínima acción ocurre en un espacio reducido y con pocos personajes. El desconcierto ante el dolor, la soledad o el sufrimiento hace que los personajes estén a la deriva y no sepan bien cómo dirigir sus vidas. Son personas que se encuentran y están muy lejos entre sí, aunque convivan. El autor describe mucho con pocas palabras, y su ahorro de lenguaje hace que la tensión se inicie desde las primeras líneas, como si algo denso y que da miedo acechara. Lo que narra podría decirse de un modo frívolo, trivial, pero Stamm le da un toque de misterio. La moral se deja a un lado: encuentros sexuales ocasionales, sugerir mucho en el beso en los labios de su hija a un padre anciano, etc. La desorientación ante el bien y el mal aumentan el misterio y requieren trabajo para el lector.

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