ÉRAMOS MENTIROSOS

Harris Sinclair, joven norteamericano de Nueva Inglaterra, recibe su herencia recién licenciado en Harvard, a mediados del siglo pasado. Durante décadas se dedica intensamente a acrecentar sus bienes, contrae matrimonio del que nacen tres hijas, aunque no consigue un heredero varón. Éxito y riqueza le acompañan fielmente, y le permiten poseer una lujosa mansión en Boston y una isla privada en la costa de Massachusetts, donde construye una gran casa para él y otras de menor tamaño para las vacaciones de sus nietos. La mayor de estos narra en primera persona la historia familiar a partir de un suceso ocurrido durante el verano en que ella tenía quince años y que evoca cercana ya a cumplir dieciocho
Emily Jenkins (Nueva York, 1967), que utiliza para firmar sus obras el apellido de su abuela materna, refleja en esta novela el derrumbe de un modelo de triunfador americano y el efecto destructor que su dinero y poder, logrados a cualquier precio, ejercen sobre sus descendientes más débiles e inseguros que él. La acción desarrollada en capítulos muy cortos, con estilo sobrio y realista, de frases breves, transcurre de forma entrecortada, a medida que la protagonista y narradora, supera la amnesia postraumática, causada por los trágicos hechos sucedidos dos años atrás, en los que estaban implicados dos de sus primos y el amigo del que estaba enamorada. La familia se niega a recordarle lo ocurrido por consejo de los médicos y su mente se defiende con el olvido de algo muy doloroso y que le causa un gran complejo de culpa. La trama, basada en el secretismo y la mentira que dominan el entorno de los Sinclair, encierra una dura crítica del egoísmo y la hipocresía característicos de la mayoría de los personajes, dibujados de forma escueta pero significativa. Esta denuncia, que cobra caracteres truculentos en su desenlace, resulta negativa en tanto que no ofrece alternativas esperanzadoras. Los enfrentamientos de su madre y sus tías para influir en las futuras decisiones testamentarias del abuelo, y la situación creada por el agotamiento de sus respectivos fondos fiduciarios que ellas no son capaces de reponer con ingresos propios contribuyen a crear un clima materialista que impregna el contenido de fondo del relato.

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