ES CUENTO LARGO

Refleja esta novela cómo influyó en el protagonista, un septuagenario del Berlín Este, la Reunificación alemana (1989). Funcionario del régimen comunista y antes de la aviación nazi, se ve, a tardía edad, sumergido en un mundo basado en el juego libertad-responsabilidad, que nunca había conocido y ya no está en condiciones de comprender.
Una idea argumental bastante esquemática se transforma en una historia aplastante por su extensión y profundidad. El autor hace un paralelo entre la vida de su personaje central y la del escritor Theodor Fontaine (1819-1898), cuyas novelas realistas reflejaron en términos dramáticos los problemas de la sociedad alemana de finales del siglo XIX. Política, sociedad y cultura se entremezclan en una ficción que tiene más de documento y reflexión que de imaginación, y cuyas referencias manifiestan un profundo conocimiento de la literatura, la historia y el modo de ser alemán. La lectura exige mucha atención por lo denso del estilo, pese a la perfección de la labor traductora de Miguel Sáez, pero no deja de tener interés testimonial, a pesar de su apasionada parcialidad.
Las críticas contra los colaboradores de la dictadura comunista van paralelas a las dedicadas a los especuladores del oeste, y son continuas las reticencias contra la unidad alemana y la nostalgia del pasado, donde no todo fue peor aunque hubiera represión. La esperanza respecto al futuro proviene de la confianza en el vitalismo humano y en la pervivencia del patrimonio cultural, ya que respecto a la fe religiosa se muestra muy escéptico.

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