ESE MUNDO DESAPARECIDO

Dennis Lehane (Dorchester,USA,1965) uno de los autores de novela negra de mayor éxito en los Estados Unidos, finaliza con Ese Mundo desaparecido la trilogía dedicada a la figura de Joe Coughlin, personaje ficticio que representa la imagen del gánster americano de mediados del siglo XX. Iniciado en la carrera del delito en las calles de Boston, ingresa en uno de los grupos más poderosos de la mafia italiana dedicado primero al contrabando de alcohol y más tarde al narcotráfico.
La gran fortuna acumulada y gracias a sus buenas relaciones con el mundo de las finanzas y la industria, se coinvierte en próspero empresario dedicado a negocios de apariencia legal. La entrada de los Estados Unidos en la Guerra Mundial después del ataque del Japón a Pearl Harbour (1941) las exigencias bélicas obligan al gobierno americano a contratar redes de transporte marítimo controladas por la mafia. Joe Coughlin recibe numerosos encargos oficiales que multiplican los beneficios del grupo y le convierten en intermediario ideal entre los políticos y sus viejos colegas delincuentes. Miembro destacado de la Comisión ejecutiva de la Mafia, parece dotado de una gracia especial para superar las envidias y emboscadas de sus peligrosos rivales. Cuando recibe la confidencia de que algunos de ellos han decretado su muerte, decide pasar a la acción. Al acabar con la vida de su posible ejecutor advierte a los enemigos que no piensa ceder a ninguna amenaza. Sin embargo, la espiral de violencia se desata entre bandas rivales que se toman cumplida venganza con nuevos asesinatos que ensangrientan los barrios bajos de Boston y Tampa donde se desarrolla la trama de la novela. El relato, inspirado en hechos reales, refleja con crudeza el cinismo de los dirigentes de la mafia, movidos por un código basado en normas impuestas por ellos mismos que recurren al crimen como forma de hacerse respetar de propios y extraños. Un destino implacable, que se vuelve contra los mismos que, en la cumbre del poder, decidieron sobre las vidas ajenas. La obra, aunque finalmente rechaza las actividades criminales de los delincuentes, les reconoce ciertas cualidades humanas cuando son capaces de defender los valores de la familia y el amor a los hijos sin dejar por ello de cometer los más horrorosos crímenes. El autor muestra una notable fuerza expresiva en la narración de los ambientes del hampa, aunque reproduce con excesivo realismo el leguaje procaz y descarnado que utilizan los personajes en los episodios de mayor tensión emocional.

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