ESPIRITUS INQUIETOS

Parece que las secuelas están de moda. En ocasiones, nada mejor que reinventar los clásicos, si el autor reinterpreta manteniendo la fidelidad a los personajes. En esta ocasión, Bonnie Macbird, admiradora del gran Sir Arthur Conan Doyle se atreve, respetando al original, a reinventar al famoso y filantrópico detective, Sherlock Holmes.
La historia la narra de nuevo el paciente y fiel Dr. Watson, quien, llevado de forma casual por los acontecimientos, revuelve el pasado de Holmes, en su lucha por enterrar sus propios fantasmas.
El título define muy bien la trama, que el lector irá poco a poco, desentramando, ya que faltan, aparentemente, piezas de un puzzle difícil de resolver. La historia comienza en Londres, cuando la bella joven escocesa Isla McLaren pide a Sherlock investigar sobre muertes y desapariciones que están aconteciendo en el castillo donde vive con su marido y toda su familia política. De ahí pasa a la Riviera francesa, llena de sol, luz, belleza y viñedos atacados por la filoxera, enfermedad letal. Por último, las Higlands, con sus brumas, hielos, crímenes y sombras.
La lucha de poder entre los destilados de los Maclaren, clan escocés, y el vino francés, lleva a una situación un tanto rocambolesca, que hará que la atención no se centre hasta la segunda parte de la novela.
De lectura fácil y muy amena, resulta recomendable para un público muy amplio, incluido el juvenil.

Rocío Peris