EUMESWIL

Novela utópica que imagina una sociedad futura, en una zona no precisada de la Tierra cuya civilización reúne elementos de las culturas germana, grecolatina y persa. El protagonista, figura destacada -del grupo dirigente de la región vive una situación personal contradictoria, paralela a la crisis política que sufren los organismos de gobierno, divididos entre partidarios del autoritarismo militar de la tolerancia democrática. La obra, escrita en 1952, refleja la experiencia personal del autor, quien primero simpatizó con el nacionalsocialismo y después fue expulsado del ejército alemán por antihitleriano. Su temática se mueve en un terreno alegórico, impreciso y lejano, que se evade de los intentos de precisión que pueda hacer el lector. A cambio de esto, se le ofrece un estilo de gran belleza aunque de formas frías, que envuelve en su magia narrativa, hecha de intelectualismo y una calculada dosis de fantasía. El mundo de Heliópolis se refiere a tierras cálidas yaguas azules, mármoles deslumbrantes y seres masificados por la tecnología a cuya alienación escapan sólo unos pocos. Cada capítulo encierra una fantasía nueva, de un nivel estético próximo a la perfección, pero tan cerebral que no tiene apenas ecos ni en la ambientación ni en la impecable caracterización y conducta de los personajes. La combinación de un elevado progreso técnico con un retorno al mundo clásico produce un efecto literario brillante, pero cuyo acierto exige profunda atención para llegar a ser plenamente apreciado. Junger se mantiene en la obra ambiguo y ecléctico en el terreno de las ideas. En Heliópolis conviven una peculiar forma de cristianismo poco definida, un estoicismo romanizado y un maniqueísmo persa, junto a un totalitarismo militarista y una democracia tolerante. Nada de esto satisface del todo al protagonista que, finalmente; marcha en una nave espacial hacia un mundo que parece ser mejor y más noble pero del que no se explica nada.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa