- Editorial: LA ESFERA DE LOS LIBROS
- Año de edición: 2018
- Materia: B. de personajes históricos
- ISBN: 978-84-9164-281-7
- Páginas: 744
- Encuadernación: Cartoné
- Colección: < Genérica >
- Idioma: Español
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No es raro que en España se emplee un tono negativo al enjuiciar la propia Historia y a quienes la hicieron. Tampoco Felipe IV ha sido un monarca apreciado. Suele considerarse un hombre frívolo y mujeriego, mal gobernante, poco interesado por la política y por la vida de su país; y hasta pasmado. Y, sin embargo, en su época la corte española era apreciada en Europa y la vida cultural era brillante; no en vano su reinado ocupa parte del Siglo de Oro, con escritores como Quevedo, Lope y Calderón de la Barca. Y el propio Felipe IV se interesa por pintores como Rubens y Velázquez cuyos cuadros se muestran en el Museo del Prado. Allí podríamos reconstruir la vida de Felipe IV y su familia en los retratos de estos artistas.
Alfredo Alvar Ezquerra (Granada, 1960) es doctor en Historia y Académico; se ha especializado en el Siglo de Oro español. Un concienzudo investigador que ha preparado un texto riguroso y bien documentado sobre un rey con una imagen desprestigiada a quien, con valentía, presenta como un verdadero hombre de Estado que, además, tenía una enorme sensibilidad hacia el arte y la belleza. Alvar une a su buena formación histórica, una exposición clara y amena, que sabe entremezclar los sucesos políticos y sociales con el entramado humano. Todo ello hace atractiva la lectura.
Quien lea las páginas que escribe a modo de prólogo se decidirá a leer un libro que recoge la vida del monarca y de quienes le rodean tanto en la intimidad familiar como en la Corte. Fue un Rey católico que realmente lo era y que, según Alvar, vivió abrumado entre dos fuerzas: su religiosidad y su debilidad como hombre. Pero en su vida hay luces, quizá menos conocidas, como el ser un Rey escritor como pocos lo han sido. Del Rey Felipe IV se conservan múltiples autógrafos, redactados con corrección formal y una letra que va perdiendo pulso con los años, como se puede observar en las ilustraciones que se incluyen en el libro. Alvar estudia esos documentos que van desde textos autobiográficos a anotaciones de gobierno, orientaciones para la educación de príncipes para su hijo Baltasar Carlos y cartas a su consejera Sor María de Agreda o a alguna de las mujeres que desfilan por su vida.
El volumen comienza con su nacimiento en Valladolid en 1605 y abarca hasta su fallecimiento en 1621 y su entierro en el Panteón del Monasterio del Escorial, de cuya finalización él mismo se había ocupado. Entre esas dos fechas se mueve la vida de un Felipe IV pronto huérfano de madre y con solo 16 años de padre, por lo que es muy joven cuando comienza a reinar. La segunda parte del libro, que titula Al amargor del madurar, recoge la primera parte de su reinado. Son los años en que su gran valido, el Conde Duque de Olivares, no solo le ayuda sino que acapara grandes dosis de poder. Alvar no tiñe estos años de tintes excesivamente negros: considera a Olivares menos ladrón que el que fuera valido de Felipe III, el Duque de Lerma. Y hace ver que, tras la marcha de Olivares, Felipe IV sigue gobernando sin solución de continuidad y sin que la ausencia del valido tambalee su corona.
Nos encontramos ante un buen libro de grata lectura no solo para historiadores sino para quienes gusten del tema. Otras de obras de Alvar que acreditan su buen hacer como historiador y su capacidad para acercar los personajes históricos al lector actual son Miguel de Cervantes: genio y libertad y La Emperatriz: Isabel y Carlos V, con un subtítulo indicativo: Amor y gobierno en la Corte española del Renacimiento.
Carmen Juste
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