- Editorial: EDICIONES ENCUENTRO
- Año de edición: 1992
- Materia: Teología
- ISBN: 978-84-7490-197-9
- Páginas: 616
- Encuadernación: Rústica
- Colección: < Genérica >
- Idioma: Español
43,00 €
Alerta disponibilidad onlineEn este volumen quinto se aborda la conocida cuestión de qué ha sucedido con la experiencia de la gloria de Dios desde el punto de vista metafísico, pero circunscrita ahora a la llamada Edad Moderna, que el autor sitúa en un arco de tiempo que va de Duns Escoto y Guillermo de Ockham a Heidegger y los pensadores de nuestros días. Las características técnicas de la edición son idénticas a las de los volúmenes anteriores ya publicados. Si bien, como dice el autor, esta obra no es formalmente una historia de la filosofía ni una historia general de la cultura y del espíritu, tiene mucho de ambas. Sus planteamientos metodológicos son similares a los de los anteriores publicados. En un lenguaje técnico, difícil y con unas categorías de pensamiento no habituales en el modo tradicional de hacer teología, el autor va examinando, con abrumadora erudición y bajo la perspectiva de toda esta obra, qué es la estética teológica, cómo el equilibrio al que había llegado la doctrina trascendental de la belleza de la Antigüedad en la ontología tomista de la Baja Edad Media se rompe y se fragmenta en la Edad Moderna al impulso de múltiples fuerzas centrifugadoras, hasta el punto de que el ser, de ahora en adelante, podrá tener todavía, por necesidad lógica, sus modalidades internas de unidad, verdad y bondad, pero ya no la de belleza trascendental. Esto va a ser el contenido esencial y como la conclusión general del volumen. La complejidad y riqueza de los autores y temas tratados, y la falta de unos resúmenes orientativos adecuados, hacen que el lector se sienta frecuentemente perdido en el sin fin de análisis, valoraciones y comparaciones que en él se hacen. El paréntesis que, en la mente del autor, suponen éste y los anteriores volúmenes antes de ver abordado directamente el significado típicamente cristiano de la gloria, es demasiado largo y árido.
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