HABLANDO DEL ASUNTO

Stuart y Oliver son amigos desde la adolescencia a pesar de ser absolutamente diferentes. El primero, prudente, tímido y aburrido, consigue el amor de una chica, con la que contrae matrimonio; Oliver, brillante, simpático y triunfador, llega a la madurez sin tener éxito con las mujeres, por lo que comienza una soterrada venganza para conseguir arrebatarle la esposa a su amigo. Un argumento de triángulo amoroso se trata aquí con la originalidad del tratamiento. La historia de amor está concebida como una tragicomedia a tres voces: el autor deja que los personajes implicados, cada uno desde una punta del triángulo, vayan dando cuenta del desarrollo de los acontecimientos, manteniendo así la expectación y ofreciendo diferentes versiones. Este procedimiento monologante se salva de la monotonía por la pericia y versatilidad del autor. Lo mejor es, sin duda, el tratamiento que reciben los personajes; su manera de expresarse, precisa y atolondrada a la vez, mantiene al lector en el vaivén misterioso de los sentimientos. La novela, ingeniosa y chispeante, disimula los atisbos de amargura que usualmente destila el buen humor inglés. Salpican el relato alusiones de contenido erótico y algunos comentarios procaces. El autor se sitúa en un humanismo fatalista en el que la estabilidad que reclama el verdadero amor queda malparada.

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