HABLAR CON EXTRAÑOS

Malcom Gladwell es un autor superventas. Sus obras, que se sitúan en ese campo tan atractivo para el público de la psicología divulgativa, ayudan a las personas a entenderse, aunque en ocasiones se inscriben también en el ámbito de la autoayuda. En sus anteriores libros, como Fueras de serie, por ejemplo, indagó sobre las causas del éxito y logró estimular, en cierto sentido, el credo americano del éxito. Además, es el creador de un podcast con numerosísimos seguidores. En Hablar con extraños indaga en el misterio de la interacción social y explica cuál es el funcionamiento de la confianza.
Es fácil explicar el éxito de los libros de Gladwell: en el que acaba de publicarse se interesa por el fenómeno de la globalización, ya que es cierto que, a través de las redes e incluso gracias a la facilidad con que se pueden las personas trasladar hoy alrededor del globo, se ha multiplicado nuestro entorno y las posibilidades de relacionarnos con personas desconocidas. ¿Cómo lidiar con ello? Apoyándose en su predilección por la psicología, Gladwel desgrana a lo largo de su ensayo los mecanismos mentales que operan cuando tratamos a los demás.
A su juicio, el hombre cree en los demás y por eso es tan fácil sucumbir a los engaños. En realidad, si actúa así es porque, en su relación con desconocidos, se hallan en juego tantos factores que no tiene capacidad para valorar todos al mismo tiempo. Las personas con las que nos encontramos difieren unas de otras no solo geográficamente, sino cultural, histórica, social y económicamente. Y, para simplificar, el hombre tiende a proyectar sus inclinaciones en los demás.
Pero si cuando entablamos contacto con desconocidos las cosas pueden no salir de la manera en que suponíamos, debemos aprender por qué. Haciendo gala de una maestría insuperable en el arte del storytelling, y como es habitual en él, Gladwell recurre a las lecciones de la historia y a noticias recientes para explicar el funcionamiento de nuestros sesgos cognitivos. Madoff, Amanda Knox, Fidel Castro o la dramática confianza que Chamberlain depositó en Hitler permiten al lector comprender un poco mejor lo que se juega en cada interacción social.
Como ocurre con todo lo de Gladwell, su planteamiento no deja de tener interés, aunque es excesivamente simplista. También destaca por su pragmatismo. Cierto es que los demás pueden engañarnos, pero también que la riqueza del encuentro con los otros no tiene parangón.

TROA