HACER EUROPA Y NO LA GUERRA

El diputado y ex ministro italiano Enrico Letta (Pisa,1966) en la actualidad presidente del Instituto Jacques Delors, con sede en París, analiza en su ensayo Hacer Europa y no la guerra la crisis vivida en los últimos años por la Unión Europea, acentuada por una de las quiebras financieras más graves y duraderas de su historia.
Además de gestionar con escasos resultados el hundimiento de la economía, las instituciones de la UE se han visto afectadas por una serie de problemas de diversa naturaleza que acentúan la desilusión de los ciudadanos respecto a la solvencia y credibilidad de sus gobernantes. Los recortes en los presupuestos, el paro, la inestabilidad monetaria y el rescate de Grecia, han contribuido a crear un clima pesimista que pone en duda las ventajas de mantener el ideal de una Europa Unida que se bate en franco retroceso. Como señala con acierto Enrico Letta, la salida de Gran Bretaña(“Brexit”) de la UE ha venido a precipitar esta sensación de fracaso que amenaza con extenderse a los países del Este, en abierta rebeldía a la hora de obedecer los mandatos de Bruselas. A estos factores, se une la ola de refugiados que se cierne sobre las fronteras europeas así como los atentados lanzados por el terrorismo islámico sobre diversas capitales de Francia, Inglaterra, Alemania y España. Por otra parte, el desinterés hacia la recuperación de Europa que ha demostrado el nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, supone un elemento negativo más que los dirigentes de la UE todavía no han logrado sortear con la habilidad suficiente. Aun reconociendo la gravedad de los problemas aludidos, el autor propone la idea de recuperar las ilusiones perdidas y defender los valores que hicieron de Europa la región más avanzada, culta y próspera del mundo durante los últimos cinco siglos. Considera, sin embargo, que la respuesta más adecuada a los numerosos conflictos apuntados, no sería la de intentar resolverlos por separado, sino afrontarlos con la fuerza que da la comunidad de principios compartidos por una larga tradición histórica y cultural. En un mundo globalizado, con grandes potencias emergentes, como China e India, muy superiores en habitantes al conjunto de naciones europeas, resultaría un suicidio cualquier pretensión de afrontar cada uno por su cuenta los retos que se plantean de cara al futuro. Integrar y no separar, reunir fuerzas afines en lugar de acentuar diferencias, devolvería al Viejo Continente la seguridad en sus propias fuerzas y evitaría que las actuales crisis, económicas, sociales y políticas, siembren el desánimo entre los ciudadanos europeos. Enrico Letta expone con el estilo ágil y sugestivo con el que presenta sus argumentos, la posibilidad de promover la creación de un eje formado por España e Italia que, en su opinión, reforzaría, desde el Mediterráneo occidental, la estabilidad y equilibrio de la Unión, ahora desviado hacia los socios de la UE del centro y norte de Europa.

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