HUGO Y EL LADRÓN FANTASMA

Hugo va en silla de ruedas debido a un accidente que ha cambiado su vida y la de sus padres. Antes vivía en Noja, un pueblo costero de Cantabria, pero en el momento de iniciarse la acción la familia se acaba de instalar, provisionalmente, en la localidad de Villaviciosa de Odón, próxima a Madrid. Al principio sus compañeros de clase acogieron con reticencia al nuevo alumno debido a su minusvalía, pero con el tiempo acaba por ser admitido entre ellos por su coraje para afrontar las dificultades que su situación conlleva. La obra se centra primero en la cuestión de cómo supera el protagonista su adaptación al nuevo colegio y a un ambiente desconocido. Después, la noticia de que por el barrio donde se encuentra la vivienda que ocupan se han cometido varios robos en extrañas circunstancias, imprime a la trama un carácter próximo al género policíaco. Hugo, junto a Max y Olivia, sus recientes amigos, colaboran con él en intentar la identificación del ladrón, que opera en las cercanías de sus viviendas. La historia incorpora dos subtramas argumentales, la de los problemas personales de Hugo y la de los robos, que no siempre quedan bien unidas ni tratadas con igual acierto. Sin embargo, el conjunto resulta interesante y encierra notables valores en relación a la forma ejemplar en que Hugo acepta su situación física y aprende a sacarle el mayor rendimiento posible. El asunto de los robos, relacionado con la batalla de Brunete, durante la guerra civil española, que se desarrolló en las cercanías de Villaviciosa, queda resuelto de una manera que defrauda por su complejidad, forzada y poco convincente.

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