ILUMINADA

Mary Karr, nacida en 1955 en Groves, Texas, es actualmente profesora de Literatura en la Universidad de Siracusa. En 1983 hizo su primera publicación con el poemario Abacus; pero fue en 1995 cuando alcanzó el éxito literario con el best-seller El club de los mentirosos, iniciando con él una trilogía de memorias. Iluminada, publicada en 2009 y que ahora presenta en castellano Errata Naturae, forma parte de esa trilogía.
Con cincuenta años Mary Karr se dispone a contar a su hijo Dev de veinte la historia de su vida. Comienza, como si de una cinta magnetofónica se tratara,c on una cara A, breve, donde se resume su actividad como profesora de Literatura, como escritora, como persona pública y como persona privada, en cuyo entorno se encuentra Dev, el causante de sus ganas de vivir y salir adelante; y una cara B, más larga y el cuerpo principal de la historia, en la que expone el tortuoso camino personal que tuvo que recorrer desde su infancia hasta llegar al lugar donde se encuentra ahora.
Mary escribe con lucidez y honestidad sobre su propia vida marcada desde la infancia por la presencia de unos padres alcohólicos, desafectos y con inclinaciones psicóticas. Ella misma se encontrará recorriendo ese mismo itinerario que aborrece. Muy joven, siendo estudiante, se iniciará en las drogas y sobre todo en el alcohol. El entorno literario en el que se desenvuelve no favorece otro tipo de vida. Su propio mentor, el poeta Etheridge Knigth, no reusará los excesos. Solo la relación con el que sería su esposo durante trece años, también poeta y padre de su hijo Dev, mejoraría en algo sus prioridades; pero no reconocer su adicción la llevaría a tocar fondo, llegando incluso al intento de suicidio. A partir de ese momento, su ingreso en un psiquiátrico, el amor por su hijo y la ayuda de otros que consiguieron salir de ese infierno lograron que Mary se diera una nueva oportunidad donde la fe en un ser superior sería crucial, una fe que desembocaría en su rehabilitación y la conversión al catolicismo a los cuarenta años.
Mary Karr se muestra valiente, sin apuros a la hora de sincerarse, con un lenguaje fluido, a veces tosco y ocasionalmente grosero, haciendo suyos la claridad y el humor propio de los originarios de Texas; pero sin incurrir en la ofensa o una crítica que pudiera dañar a alguna de las personas mencionadas, la mayoría de las veces citadas con nombres ficticios.
Sin perder el sentido literario, Mary Karr cuenta de sí misma con la cercanía y el distanciamiento de un personaje novelado de creación propia.

Encarnita Herraiz