INFOCRACIA

Siguiendo con su habitual reflexión sobre los perniciosos efectos de las tecnologías, y tras haber reflexionado sobre ellos desde la perspectiva psicológica y antropológica, ahora le toca el turno a la política. Para Han, los nuevos sistemas de poder ya no se reducen a formas democráticas: ha cambiado porque la digitalización ha transformado radicalmente la esfera política, socavando peligrosamente el poder y la libertad de los ciudadanos.
El autor se detiene en la política en su conjunto. Desde la manera en que votamos y en que se llevan a cabo las campañas, hasta la posterior formación de voluntad colectiva, hoy las tecnologías de la comunicación y la información son las que mandan. Las estrategias son bien conocidas: bots, noticias falsas, manipulación, control y gestión de los datos, los trolls, la automatización de los procesos… todo ello desbanca la libertad y convierte la política en un fraude. A ello se añade las posibilidades de cambiar la voluntad del ciudadano actuando sobre sus dispositivos. De ese modo, el ciudadano ha perdido su poder y ha sido sustituida la soberanía por el control digital.
Con este ensayo, Han se sitúa en un punto muy particular, y muy crítico, en el actual debate en torno a la esfera pública digital. Frente a quienes creen que Internet mejora la democracia, este pensador piensa que sus efectos son perjudiciales para la salud política. Lo peor de todo es que, como siempre pasa en lo tecnológico, la despolitización que conlleva el imperio de lo digital es imperceptible, incluso favorecida por nuestra propia forma de vida.
Infocracia hace referencia, en definitiva, al poder de la tecnología. El libro es interesante aunque un poco repetitivo y, como es habitual en Han, pesimista. Eso no significa que el coreano no confíe en el hombre para cambiar las cosas, pero eso supone cambiar de vida y volver a dotar a la ciudadanía de un auténtico poder, más allá del que le han robado las máquinas.

TROA