INSTRUCCIONES PARA UNA OLA DE CALOR

Transcurre esta novela durante una semana de julio de 1976, durante la cual Inglaterra sufrió una fuerte ola de calor, acompañada de una insólita sequía. Los tres hermanos que protagonizan el relato, dos mujeres y un varón, además de sufrir los rigores climáticos se enfrentan a la desaparición, a todas luces voluntaria, de su anciano padre. Consolar a su madre, tratar de averiguar a dónde puede haber ido el desaparecido y compatibilizar estas tareas con sus obligaciones habituales, les supone un esfuerzo cuyas particularidades centran la trama argumental. La autora utiliza la ausencia del padre para trazar un agudo retrato familiar, al que el origen irlandés y católico de los padres imprime rasgos diferenciadores acusados. El empeño de los mayores por conservar sus raíces ancestrales, contrasta con la decidida voluntad de los jóvenes de olvidarlas, en tanto que suponen un elemento de marginación social en el entorno británico. La acción, reducida a menos de una semana de duración temporal, logra comprimir en ese corto espacio la problemática psicológica de los personajes centrales, incluyendo al padre ausente, se convierte en el eje de la actuación de los otros. Escrita con el estilo directo y de una eficaz sobriedad expresiva, la obra ofrece un interesante mosaico familiar y social, muy actual y enfocado desde una perspectiva realista. Las actitudes y conductas que plasma reflejan de modo notablemente exacto, una profunda desorientación existencial, que llega a rozar lo inverosímil. Los hijos, divorciados, o no casados, descubren que en el pasado, sus padres incurrieron en conductas que estos habían censurado en ellos por razones morales. Sin embargo, intentan, tras conocerlas, que no acentúen sus respectivas situaciones personales.

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