JOSÉ ANTONIO

Joan María Thomàs (Palma de Mallorca,1953), profesor de la universidad Rovira i Virgili y miembro de la Real Academia de la Historia, analiza en esta biografía política de José Antonio Primo de Rivera (Madrid,1903-Alicante,1936) el papel que desempeñó el fundador de Falange Española en la Guerra Civil de 1936-39.
La obra, escrita con estilo sobrio y abundantes datos documentales, se inicia con las referencias a los numerosos conflictos sociales que la monarquía de Alfonso XIII no fue capaz de controlar. Con el fin de remediar la situación, el rey procedió al nombramiento del general Miguel Primo de Ribera al frente de un Directorio Militar encargado de formar gobierno. Tal como señala el profesor Thomàs, José Antonio vivió junto a su padre las alteraciones de los diversos sectores políticos al tiempo que mantenía estrecha relación con los movimientos rebeldes de universitarios e intelectuales contra la Dictadura. Socio del progresista Ateneo de Madrid, dirigido por Manuel Azaña, admirador de Ortega y Gasset, Gregorio Marañón y de su profesor de la facultad de derecho, Jiménez de Asúa, José Antonio se encontraba dividido entre sus lealtades filiales y las críticas sociales en contra de las medidas de gobierno. La destitución, exilio, muerte de don Miguel y caída final de la monarquía en 1930, le hicieron tomar conciencia de los graves problemas que afectaban al futuro de su país. Según la opinión del autor, José Antonio adoptó en los años siguientes una postura reivindicativa de la obra del Dictador, que le llevó posiciones autoritarias próximas al fascismo italiano y nacionalsocialismo de Hitler. Se convierte en el líder del nuevo partido Falange Española, al que fundador separa de las luchas entre izquierdas y derechas, atento a la defensa de obreros y campesinos frente a los intereses de la empresa y el capital. Tras el estallido de la Guerra Civil, la obra dedica especial atención a los documentos manuscritos del propio José Antonio en la cárcel de Alicante, donde se ofreció mediador en favor de la paz entre los militares alzados y el gobierno de la República. Desechada su oferta y sometido a proceso judicial, fue condenado a muerte y fusilado en las tapias del presidio el 20 de noviembre de 1936. El autor acusa a los políticos del bando nacional de utilizar con fines de propaganda la figura de José Antonio convertido en mito carente de base histórica. Propósito este que revela una cierta actitud de remover antiguas polémicas y avivar odios y rencores derivados de la Guerra Civil.

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