JOSEF PIEPER

Josef Pieper fue uno de los principales tomistas del siglo XX, pero tenía algo peculiar. No era un escolástico en el sentido preciso de la palabra, sino un filósofo divulgador. Su mirada sobre Santo Tomás es resplandeciente porque hace una lectura muy actual de su filosofía y explica el motivo por el que se llama “filosofía perenne”: no envejece. En este caso, no estamos ante un obra filosófica: ahora bien, a medida que el filósofo alemán rememora su vida -de un modo delicioso y con una ternura que llama mucho la atención- realiza reflexiones interesantes.

En realidad, lo que presenta la editorial Cristiandad es un resumen de la autobiografía de Pieper, publicada en tres tomos. Esta selección es muy atinada porque da cuenta de los principales acontecimientos de su vida: su visión del nazismo, las aventuras de sus viajes, su crítica al mundo moderno, la situación de Alemania, su concepción tan articulada y bella de la religión católica. A ello se añade la relevancia intelectual de su autor: tanto por su carácter prolífico, como por su profundidad y por su atinado ejercicio de la razón, Pieper influyó en la obra de numerosos filósofos. Robert Spaemann, por ejemplo, reconoció su magisterio.

Al mismo tiempo, la obra pone de manifiesto la opinión de Pieper en muchos debates públicos. No menor importancia tiene los valores que transmite y las consideraciones sobre el papel y la vocación del filósofo. Destaca el pensador alemán que quien se propone cultivar la filosofía debe hacerlo sobre una auténtica libertad y, asimismo, dejando que la realidad -la cosa- irradie sobre su intelecto. Junto a esta verdad y la defensa de la vida intelectual, el realismo de Pieper, que entronca con la filosofía clásica, pone de manifiesto el carácter creado del ser humano.

Se trata de un libro que hará las delicias de aquellos que conozcan a Pieper. Para quienes no lo tengan en el radar, les hará descubrir a un autor imprescindible para adentrarse en el terreno de la rigurosidad intelectual y abrirse a la verdad.

TROA