JUEGO DE REINAS

La historiadora británica Sarah Gristwood, biógrafa de personajes femeninos de la realeza europea del siglo XVI, aborda en Juego de Reinas un estudio sobre las mujeres que desempeñaron el papel de soberanas en diversos países europeos en graves momentos de crisis, sirviendo a su pueblo con eficacia, lealtad y espíritu de sacrificio.
Aparecen como figuras centrales Isabel I de Castilla, Margarita de Austria, Luisa de Saboya, Catalina de Aragón, Ana Bolena, Margarita, María e Isabel Tudor, María Estuardo, Catalina de Médicis, Ana de Francia y Juana de Albret, implicadas en la dura lucha de coronas que se disputaban la supremacía en la Europa del Renacimiento.
A Isabel I de Castilla corresponde el mérito de iniciar el ejercicio de un poder soberano femenino que parecía reservado a los varones y que ella desempeñó sin ceder las funciones de gobierno en favor de su marido, Fernando II de Aragón. Mediante enlaces matrimoniales de sus hijas, Catalina de Aragón con Enrique VIII de Inglaterra y Juana de Castilla, casada con Felipe, heredero de las posesiones de los Habsburgo en Centroeuropa y Los Países Bajos logró además ampliar su influencia en otros reinos. Después de ella, en el tablero del juego, que Sarah Gristwood relaciona con el símbolo de los poderes de la pieza “reina” en el ajedrez, se disputa una partida donde intervienen mujeres cuya capacidad de tomar decisiones es tan extraordinaria que reciben el apoyo de nobles, militares y consejeros varones dentro de sus respectivas cortes. Los movimientos de aproximación o divergencia entre las casas reales se suceden, en busca de prevalecer sobre los rivales, mediante arreglos matrimoniales o por la fuerza de las armas, según las exigencias de cada momento. Inglaterra, Francia y España buscan alianzas para sus campañas bélicas o establecen pactos que no dudan en romper cuando conviene a sus intereses. Las mujeres intervienen para suavizar conflictos al tiempo que sitúan a sus herederas en los lugares más adecuados para el futuro, o acuerdan “Paces de Damas” contra el parecer de maridos o hijos dispuestos al combate. Un panorama agitado de maniobras, argucias y conjuras de palacio donde reinas titulares, consortes o cortesanas triunfan o fracasan, padecen incomprensiones y caen en desgracia, víctimas de las complejidades políticas y religiosas desencadenadas por la Reforma Protestante o el cisma de la Iglesia Anglicana. Sarha Gristwood, expone los hechos con un estilo divulgador, próximo a las actuales crónicas de sociedad, sin que por eso disminuya el rigor documental e histórico en relación con los acontecimientos históricos narrados. Las luchas religiosas entre católicos y protestantes, propias del siglo XVI, aparecen tratadas como hechos derivados de la política, aunque hubiera sido necesaria una mayor precisión sobre cuestiones doctrinales y de fondo, de cara al público lector sin conocimientos del tema.

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