KENNY Y EL DRAGÓN

Kenny, hijo único de una familia de conejos granjeros, una tarde ve a su padre llegar despavorido porque en sus tierras se ha instalado un dragón, y en consecuencia quiere que los tres se muden a otra parte. En lugar de eso, Kenny se hace amigo del dragón, que pese a su amenazador aspecto resulta ser amable, aficionado a leer e incluso a escribir poesía. Pero su presencia es detectada en el pueblo, y el rey decide enviar a un caballero experto en la lucha antidragones a eliminarlo. El caballero resulta ser el librero del pueblo, ya jubilado como guerrero y también muy amigo de Kenny, que es un ávido lector. El conflicto de lealtades que se plantea angustia al pequeño conejo hasta que, con ayuda de sus padres, logra dar con una solución amistosa para los intereses encontrados de sus dos mejores amigos. La obra, muy bien escrita, tiene un tratamiento original y actualizado del tema clásico de la lucha entre dragones y paladines reales. La acción, sólida y ágil en su desarrollo, está impregnada de humor y encierra en su contenido cálidos sentimientos de amistad, compresión y rechazo de la violencia, además de un mensaje referido a la importancia del enriquecimiento intelectual que la afición a leer proporciona. El estilo, de tono amable, está adaptado con acierto al público al que se dirige.

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