LA ACOMPAÑANTE

Nina Berbérova (1901-1993) abandonó Rusia en 1922. Vivió como exiliada en París hasta 1950. En esa ciudad se convirtió en la cronista de la emigración rusa en la capital francesa, tema habitual de muchos de sus escritos. Resulta muy interesante de leer su biografía, El subrayado es mío, donde cuenta su vida en la Rusia, su exilio parisino y su posterior traslado a Estados Unidos en 1950, donde ejerció de profesora en Yale y Princeton y donde vivió hasta su muerte. En París, Berbérova denunció valientemente la represión que se vivía en la URSS y el clima de persecución que sufrieron millones de personas. Sus obras tuvieron gran acogida entre los lectores rusófonos. Para situar a esta escritora, resulta interesante el epílogo escrito por la traductora, Marta Rebón, y por Ferrán Mateo.
Como escriben, esta novela retrata un tipo literario universal: “una mujer que apenas lleva las riendas de su vida, de la cual es una mera espectadora, y que muere en completa soledad, lejos de su país, carcomida por la envidia”. Berbérova recurre al recurso del manuscrito encontrado para contar la vida de Sonia, una mujer que ocupó un lugar secundario en todas las actividades que realizó. Poco agraciada físicamente, Sonia ha estudiado música, pero sin conseguir brillar. Consigue un contrato de acompañante al piano de una estrella, María Trávina, una soprano de la alta sociedad de San Petersburgo. Con ella y su marido recorren la URSS y Europa, hasta que deciden exiliarse en París.
En su relación con María, Sonia alimenta un constante rencor. Mientras una es una artista famosa, la otra es un personaje desconocido que se mueve entre las sombras. Nadie repara en ella. Nadie le presta atención. Esta situación provoca la enconada envidia de Sonia, que busca algún punto débil en María para aprovechar la oportunidad para hundirla. Mientras tanto, pasea su abulia existencial y se reconcome interiormente por la desigualdad que vive a diario en contacto con la diva. Hay un momento en el que parece que por fin ha encontrado algo que pueda servir para que María caiga del trono de superioridad en el que parece vivir.
Esta novela breve fue escrita en 1934 y se publicó en una revista literaria. En 1949, apareció en formato libro junto con otros escritos de la autora. La obra fue nuevamente publicada en París en 1980 y consiguió un gran éxito, lo que hizo posible que se recuperasen otras obras de esta escritora que solamente escribió en ruso. En La acompañante, Berbérova demuestra un gran dominio literario, una profunda capacidad de introspección en la psicología de sus personajes y un dominio medido de la técnica de la intriga y el suspense para graduar el interés de los lectores. Sonia es un personaje redondo, sumergido en la mediocridad, que tiene que convivir diariamente con alguien que aspira precisamente a todo lo contrario. Eso provoca en ella una envidia, una crisis y una angustia que no acierta a canalizar.

Adolfo Torrecilla