LA ANALFABETA QUE ERA UN GENIO DE LOS NÚMEROS

Novela de humor protagonizada por una joven sudafricana de color, nacida en Soweto, un barrio pobre y conflictivo de Johannesburgo, durante los tiempos de estricta segregación racial. Hija de padre desconocido y huérfana de madre desde los diez años, nunca fue a la escuela pero consiguió aprender a leer y a hablar varios idiomas y logró llevar una vida de increíbles aventuras.
La acción, que se extiende a lo largo de tres décadas, responde a una intención de fondo de crítica política. En la primera mitad se denuncia el trato humillante que la protagonista recibe como empleada de la limpieza de un ingeniero blanco. Sin dejarse acobardar, saca provecho de los libros que hay en la casa donde trabaja y adquiere amplios conocimientos de diversa índole, gracias a su notable inteligencia y sentido práctico. En la segunda, una inverosímil coyuntura le permite huir a Suecia, donde pide asilo político, logra integrarse en un mundo muy distinto al suyo de origen y llega a ser embajadora de su nueva patria en la Sudáfrica de Mandela. El autor prescinde de toda verosimilitud para dar forma a unos episodios que caricaturizan aspectos concretos de la política del apartheid y manifiestan la situación arbitraria y cruel en que vivían los negros. Al trasladar la ambientación a Suecia, satiriza también la sociedad de su patria, aunque por motivos muy distintos. Su objetivo es ridiculizar a jóvenes burgueses, comunistas y anarquistas, que tienen confusos sueños revolucionarios sin haber sufrido nunca penurias ni injusticias. El desarrollo argumental, aunque ágil y pródigo en efectos cómicos, resulta, sin embargo, demasiado extenso y la trama pierde fuerza por la repetición de recursos narrativos. Los personajes secundarios, perfilados con rasgos convencionales, no muestran la suficiente entidad para complementar a una protagonista claramente sobredimensionada y el estilo responde a una elaboración sencilla, de escasa proyección estética. El contenido, más allá de las consideraciones sociopolíticas, refleja, sin descripciones, un entorno moralmente permisivo.

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