LA BALADA DE MAX Y AMELIE

David Safier (Bremen, 1966) retoma el tema de la reencarnación de su primera novela Maldito Karma en La balada de Max y Amelie, una fábula protagonizada por dos animales: Cicatriz, una perrita callejera a la que le falta un ojo y que intenta sobrevivir en Nápoles y Max, un perro domesticado que se ha perdido de la casa donde vive con su ama y elogia el mundo de los humanos, algo de lo que Cicatriz, también llamada Amelie, desconfía por propia experiencia.
Juntos marchan a través de los Alpes italianos en busca de la casa de Max y de su propio destino, un trayecto cuajado de aventuras, algunas de ellas violentas y dramáticas en las que se enfrentan a todo tipo de peligros y enemigos como el ataque de los lobos o el acoso de los dueños de perreras que intentan encerrarlos. Su amistad inicial poco a poco se convierte en un amor inquebrantable. Max a veces sueña y tiene terribles pesadillas, en las que casi siempre son asesinados por un hombre. En paralelo se desarrolla una historia de otra época de tipo fantástico y con un toque de crueldad que sugiere que Cicatriz y Max ya han vivido otra vida y otros seres se han reencarnado en ellos.
En este sentido, el autor alude a la llamada luz intermedia y otorga un alma prácticamente humana a los perros. Safier desarrolla con prosa ágil una trama cargada de imaginación en la que a través de las hazañas de Max y Cicatriz y el despliegue de sus animalescos pero potentes sentimientos de ternura, generosidad y bondad intenta conmover al lector. El conjunto es absolutamente fabulístico en la línea de cierto animalismo.

Reyes Cáceres