LA BANDA DE LOS NIÑOS

Roberto Saviano (Nápoles, 1979) conocido por sus novelas testimonio en las que denuncia las actividades criminales de las diversas familias de la mafia italiana, aborda en La banda de los niños el drama social planteado por la delincuencia juvenil en Nápoles.
Protagoniza la acción Nicolas Fiorillo adolescente de 15 años líder de un grupo de chicos de su edad que imitan las prácticas de las bandas organizadas y rivalizan con ellas en los negocios de extorsión, tráfico de drogas y asaltos a mano armada. Fiorillo, más conocido como “El Marajᔠpor sus dotes de mando y fría crueldad, después de trabajar al servicio de organizaciones veteranas, decide actuar por su cuenta y crear una banda regida por los mismos criterios de fidelidad y ciega obediencia que caracteriza la mafia siciliana. Gracias a los beneficios de la droga y de los atracos adquieren un arsenal de armas, aprenden a servirse de ellas y siembran el terror en los barrios de Nápoles que se niegan a pagarles tributo. Logran rechazar los ataques de rivales poderosos que no parecen dispuestos a ceder terreno y disponen también de avezados matones dispuestos a eliminar la competencia de los improvisados y jóvenes aprendices de la profesión criminal. Entre los suyos, el Marajá no tolera el menor desliz y castiga con mano dura las actitudes rebeldes de sus compañeros y les impide abandonar el grupo bajo amenazas de muerte que no dudaría en llevar a la práctica si lo consideraba oportuno. Se suceden los actos de violencia física, asesinatos indiscriminados y referencias al sexo que Saviano describe con una prosa realista para llamar la atención sobre el grave conflicto social que también afecta a familiares y amigos de los adolescentes. En frase del propio autor, los chicos se muestran insolentes, mal educados y violentos, dedicados a pisotear, chocar y correr para escapar en sus motos por las retorcidas callejas del centro histórico de la ciudad. Los padres y hermanos de los delincuentes sufren las consecuencias de sus actos criminales que a veces, como ocurre en el caso del Marajá, se cobra la vida de alguno de ellos, víctima inocente de los ajustes de cuentas entre bandas rivales. Aparte de la crudeza de la trama la novela incluye varios episodios de abusos sexuales, alguno de carácter aberrante, aunque sin descender a detalles excesivamente morbosos, dado el propósito, en cierto modo moralizante, que prevalece a lo largo del relato.

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