LA BÓVEDA Y LAS VOCES

Ramón Andrés ha ganado muchos premios y es uno de los ensayistas más reputados del panorama español. En esta ocasión, el libro que ofrece es peculiar, pero muy atractivo: trata, como casi todos los suyos de música, porque él fue músico, pero es al mismo tiempo una especie de biografía y de diario íntimo. Importa decir esto porque si fuera una mera biografía al uso de Josquin, un desconocido músico de una escuela del norte de Europa, quizá muy pocos se acercarían a él.
Lo que muestra la grandeza y maestría de Andrés es que a través de esta figura misteriosa logra componer un fresco de historia mezclado con consideraciones personales, reflexiones sobre temas tan variados e inusitados que hacen del ensayo una suerte de cuaderno de bitácora. La vida de Josquin, por otra parte, fue fascinante porque la pasión por la música y su talento le condujo, desde Francia, hasta las cortes más renombradas en términos musicales de Europa. Culto, exquisito y de una erudición apabullante, Andrés explica, al tiempo que da cuenta de las peripecias de Josquin, el momento en que le tocó nacer, sus delicias culturales y el ambiente creativo y artístico.
Todas las entradas del libro están fechadas; de ahí que casi siempre haga alusiones a cosas de la vida cotidiana: la naturaleza, el contexto cultural contemporáneo, constantes humanas. Algunas de sus anotaciones dan para libros, del mismo modo que las anécdotas y citas, traídas como al azar a estas páginas, condensan una sabiduría añeja. Abundan, especialmente y como no podía ser de otra manera, las intuiciones y el saber musical, donde Andrés es tan exquisito como hondo.
El libro muestra por qué es un autor tan consolidado en las letras de nuestro país. Quizá sea este uno de sus libros más personalísimos y logrados. Como biografía, introduce al personaje por un medio -el diario- que puede resultar muy atractivo de cara a explorar en el futuro. No se piense el lector que es un libro, sin embargo, para una minoría: es un libro para todos, con un lenguaje comprensible, que ayudará a elevar el nivel cultural de quien lo lea. Con eso está dicho todo.
Muy bueno. Para melómanos principalmente, pero para aquellos que sin saber especialmente de música deseen entrenar su sensibilidad cultural.

TROA