LA BRUJA QUE NO SABÍA REÍR

En la cima de una montaña vive una bruja malhumorada que, por tener especial antipatía a los niños, lanza un hechizo al pueblo situado a los pies del monte que hace que los pequeños lloran sin poder parar. Ante esta situación, uno de los ancianos del lugar se arriesga a subir a verla y convencerla de que levante el encantamiento. Se trata de un cuento muy sencillo, breve y bien escrito, adecuado para la iniciación a la lectura. Pese a la simplicidad del argumento, su contenido encierra una lección de afecto y compresión hacia personas cuyo mal carácter se debe a una infancia infeliz.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa