LA CASA DE LAS PERSIANAS VERDES

La obra, publicada originalmente en 1901, narra la historia del hombre más rico de Barbie, un pueblo escocés imaginario, directamente inspirado en Ochiltree, donde nació el autor en 1869. Dedicado al transporte de mercancías en carros, llegó a poseer multitud de ellos, que circulaban siempre repletos. La aparición del ferrocarril y la llegada al pueblo de un audaz y perseverante competidor, le llevan a la ruina por no haber sabido adaptarse a las nuevas circunstancias. Mientras tanto su único hijo varón, que estudia en la universidad de Edimburgo con muy poco provecho, es expulsado del centro al haberse convertido en alcohólico. Abrumado por deudas inasumibles y convencido ya de que no puede esperar ayuda de nadie y menos de su hijo, cae en la desesperación.
El autor ofrece en esta su primera y única novela, una visión realista, cercana al naturalismo, de sus compatriotas y de las malas condiciones en que vivían. El entorno del pueblo queda dibujado con gran precisión, como un lugar aislado y muy pequeño, cuyos habitantes no tienen otro motivo de diversión que observar a sus vecinos. La envidia de los demás hacia el más poderoso y opulento de todos ellos y la prepotencia de este constituyen el eje en torno al cual se desarrollan los acontecimientos. El minucioso diseño de la figura del protagonista, más un prototipo que un ser humano individual, simboliza una forma de relacionarse, presidida por la violencia y el orgullo, que se muestra, a la larga perjudicial para quien la ejerce. Del mismo modo se critica el empeño del comerciante en hacer de su hijo no alguien como él sino un intelectual, cuando es evidente que carece de cualidades para el estudio. El ritmo de la narración, lento y reiterativo, unido al estilo, minucioso y reflexivo, reflejan con precisión el clima agobiante que el protagonista, autoritario y poco inteligente aunque astuto, impone a su familia y transmite el empecinamiento con que se mantiene en sus decisiones erróneas. El ambiente costumbrista en el que transcurre el relato resulta eficaz para aligerar la tendencia al melodrama que predomina en los episodios finales de la historia.

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