LA CASA DEL CALLEJÓN

David Mitchell regresa con La casa del callejón, una novela de terror que comenzó a partir de una serie de tuits cuya acción arranca en 1979 y concluye en 2015. La obra está estructurada en capítulos separados por intervalos temporales de nueve años. El lugar es la puerta pequeña de hierro de un callejón oscuro donde unos vampiros gemelos atraen a sus víctimas vivas para robarles el alma. Allí llegan un niño autista de 9 años, totalmente medicado, y su madre invitados a una velada musical que se convierte en algo más peligroso. Comienzan auténticas secuencias de horror, lo que para el niño son alucinaciones, y con una violencia extraña al estilo de los libros de Stephen King. A lo largo del relato aparecen personajes a cual más estrafalario como un corrupto policía, una sociedad paranormal, brujas perversas, la loquera todopoderosa o un grupo que pretende controlar la mente humana, todos ellos practican acciones enrevesadas, a veces crueles.
El autor presenta una historia tensa y escalofriante en la que parece percibirse una batalla entre el bien el mal o entre pecadores y redentores y en donde se debate el concepto de tiempo y de identidad psicológica, todo contado de forma que se amalgama con absoluta naturalidad el humor negro y el terror y donde nada es verosímil. Mitchell juega con elementos mágicos, tétricos y de ciencia ficción en esta trama dantesca llena de hazañas desarrolladas con ritmo trepidante y protagonizadas por zombis y seres raros como son los chupadores de almas que tientan a los mortales hacia lo atemporal. El libro lanza un mensaje críptico con ribetes metafísicos en una atmósfera misteriosa y tenebrosa como es la casa embrujada adonde todos llegan. Una lectura difícil de interpretar y poco grata aunque técnicamente bien construida.

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