LA DAMA DE PROVINCIAS PROSPERA

El éxito conseguido por la protagonista con la publicación de su diario sobre las incidencias cotidianas de un ama de casa de clase media, residente en el campo, supone un inicio de cambio en su vida. Los ingresos que le proporciona su libro le permiten enviar a su hija menor interna a un colegio, como ya lo estaba su hijo. Por otra parte, las exigencias de su editor respecto a la entrega de nuevos originales y la necesidad de hacerse un hueco en el ambiente literario inglés, la animan a alquilar un pequeño apartamento en Londres, donde pueda escribir con tranquilidad.
La obra, publicada en 1932, trata no tanto como la anterior de problemas domésticos y obligaciones maternales, aunque también aluda a estos. Su temática se centra en el mundo artístico de la capital inglesa de los años treinta, en pleno periodo de ensayos vanguardistas, reflejado en estas páginas con aguda ironía. La protagonista asiste perpleja a una serie de fiestas cuya finalidad no logra descubrir con claridad como tampoco entiende bien quién y por qué la ha invitado. Preocupada por los descubiertos de su cuenta corriente y la falta de vestuario adecuado a cada ocasión, se siente fuera de lugar en la mayor parte de estas invitaciones y lamenta el tiempo que le hacen perder. La presencia de su marido, aunque menor que en el libro anterior debido a que permanece en la casa familiar mientras ella está reside en Londres, se mantiene como referente de estabilidad dentro del ambiente frívolo e insustancial en el que se ha sumergido. Su humor imperturbable genuinamente británico constituye un elemento ingenioso y divertido, muy grato para el lector. Escrito con la misma soltura de estilo que el anterior, este diario, que va de junio de un año a julio del siguiente, pone de manifiesto que la relativa prosperidad lograda no hace más feliz la existencia de su autora, sólo un poco más variada y también más compleja y fatigosa.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa