LA ERA DE LA INCERTIDUMBRE

¿Y si el origen de la situación actual del individuo no se debiera al entorno digital sino al propio de la electricidad? El filósofo Català Domènech enlaza con una posición cada vez más extendida y nos presenta el desconocido escenario que para nuestras categorías de pensamiento se dibuja a partir de un avance técnico sólo equiparable a la invención de la imprenta. Si ésta generó unas dinámicas que acabarían por desembocar en el Renacimiento y la Ilustración, los avances derivados del dominio de la electricidad nos introdujeron en el subjetivismo primero y actualmente en una era de la incertidumbre que la pandemia no ha hecho sino acelerar.
Català Domènech sostiene que el escenario volátil de nuestros días constituye, en realidad, un intrincado mapa que combina un egoísmo exacerbado del individuo y una pérdida de valor de las categorías que han dotado de sentido a su existencia: humanidad, sexualidad y verdad. El cambio de paradigma que la electricidad propició para los procesos cognitivos humanos y la inculturación del capitalismo en las sociedades actuales nos sitúa en un escenario para el que las viejas categorías no son adecuadas para los derroteros que podría tomar el ingenio tecnológico. De alguna manera, la era de la incertidumbre es la propia de una redefinición de los valores por parte de un sujeto que prefiere la simplificación al pensamiento crítico.
Parte de la idea de que la pandemia ha acelerado una crisis de sentido que ya venía gestándose desde hace tiempo, y que nos ha situado en un escenario confuso, contradictorio y volátil. Con la intención de remediar la angustia que provoca la vacilación y el descrédito de las certezas, el autor propone un mapa complejo y matizado de la realidad, que no se conforma con las simplificaciones, las falsedades o las ilusiones que nos ofrecen los discursos dominantes.
La era de la incertidumbre es un trabajo abrumador. Es innegable su interés a efectos de explicar una serie de temáticas que copan la actualidad de nuestros días: desde cíborgs e inteligencia artificial, hasta la desinformación basada en hechos alternativos, pasando por la heterogeneidad de identidades de género existentes. No obstante, y a pesar de los esfuerzos del autor, la lectura es compleja. Áspera en aquellas partes dedicadas a cuestiones que no sean del interés concreto del lector. Por eso, porque la obra de Català Domènech requiere que el interés profundo del lector por la filosofía se vea acompañado de otro por la situación actual desde la perspectiva social o tecnológica.

TROA