LA EVANGELIZACIÓN DE LOS CATÓLICOS

A diferencia de la evangelización primera que se vivió en los siglos iniciales del cristianismo, y de la evangelización tradicional que hemos conocido a lo largo de la historia de la Iglesia, la nueva evangelización de la que tanto se viene hablando en los últimos tiempos y que proponen para la Iglesia de nuestro tiempo los últimos Papas, no consiste únicamente en embarcar misioneros rumbo a costas lejanas, sino en algo mucho más global, que ya no tiene que ver tanto con lo territorial. Lo que se requiere en esta época cibernética y mediática es, más bien, una obra, una tarea, una labor, una auténtica movilización, que concierne –siempre ha sido así, por las raíces bautismales de la vocación universal al apostolado, pero ahora de una manera absolutamente más urgente y radical– a todos y cada uno de los miembros de la Iglesia, ya sean laicos, clérigos o religiosos.
Esa urgente convocación a la nueva evangelización tiene mucho que ver con el testimonio de cada fiel cristiano en el ámbito de los amigos, de la familia, de los compañeros de trabajo y del marco de relaciones sociales en el que vive. Todos esos ámbitos, además, suelen relacionarse entre sí, y ahí el cristiano debe proclamar la verdad de Cristo con todos los medios a su alcance: por ejemplo, con la conversación, con el testimonio personal, pero también aprovechando la eficacia que suelen ofrecer los medios de comunicación o el inmenso patrimonio intelectual y espiritual con el que cuenta la Iglesia. En la actualidad, como se sugiere en esta obra, la Iglesia no debe despreciar ninguno de esos grandes areópagos que constituyen siempre una oportunidad para llegar a campos hoy baldíos por el secularismo.
En cualquier caso, a diferencia de lo que ocurría en los siglos precedentes, la nueva evangelización en el tiempo actual va más dirigida a los bautizados que a los no bautizados. La línea divisoria entre las distintas dimensiones de la misión de la Iglesia
–la ad gentes, la ecuménica y la pastoral– es cada vez menos nítida, porque la nueva evangelización de la que se habla en este libro va dirigida sobre todo para aquellos que están bautizados, pero no han recibido una catequesis adecuada y padecen las consecuencias de una gran secularización en su entorno.
Este es, en definitiva, el planteamiento de fondo de este vigoroso nuevo libro de Scott Hahn, antiguo pastor protestante norteamericano y autor de la exitosa obra “Roma dulce hogar”, en donde narra en primera persona su sorprendente proceso intelectual de conversión hacia la Iglesia católica, acompañado posteriormente en su itinerario, aunque de modo distinto, por su mujer, Kimberly.
Reseña cedida por la Revista Palabra

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