- Editorial: EL GALLO DE ORO
- Año de edición: 2025
- Materia: Obras poéticas
- ISBN: 978-84-128159-4-8
- Colección: < Genérica >
- Idioma: Español
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Christian Bobin en estado puro. Con el aliciente de que su prosa poética se transparenta de tal modo que la lectura fluye de forma natural. Y a este propósito ayuda la traducción de Jesús Montiel.
El libro se compone de una carta a la poeta romántica Marceline Desbordes-Valmore: gracias a uno de sus poemas fue salvado del frío y la soledad en la estación del Norte y encontró una escalera hacia el cielo. A continuación, seis capítulos, mejor: apartados, porque no siguen sucesión temporal ni temática. El segundo, Una orgía de esmeraldas, añade el aliciente de articularse a partir de imágenes o ideas tomadas de autores que le interesan: Ernest Jünger, Ronsard, Kierkegaard, Hölderlin, etc. Pero Bobin no necesita apoyos, le basta la vigilia atenta ante la belleza desplegada en lo pequeño: un mirlo, una margarita, las flores de un cerezo. Y su mirada, penetrada de amor, nos descubre que Marilyn es una demostración de la existencia de Dios, es una mártir de la sonrisa.
Va más allá de lo aparente. Su mundo interior, ha crecido a base del silencio y la mirada atenta, le permite descubrir que la felicidad de la vida está en contemplar la creación divina, en la sencillez de los ojos de un niño o en el movimiento de la ardilla: No hay una sola falta de ortografía en la escritura de la naturaleza. Resuena en su obra el espíritu del Génesis: ¡y vio que era muy bueno! Todos los días son una fiesta, aunque Bobin, ciertamente, no ignore el dolor; pero lo trasciende porque sabe que los que soportan el mundo son los débiles, los mendigos, los niños, las flores
Los poderosos, que juzgan el mundo desde la razón, no entienden nada, porque nunca se han asomado al mundo por la ventana.
Desde el punto de vista estilístico hay que destacar la riqueza metafórica, las imágenes tan sugerentes y reveladoras. Como si el autor, en un ejercicio de humildad, desapareciera y dejara al lector directamente enfrentado a la belleza de la realidad.
Francisco Andrés
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