LA HORA DE LA ARAÑA

El escritor James Patterson (Newbourgh, USA, 1947) inicia con esta novela, publicada en 1993, la serie protagonizada por Alex Cross, detective de color, jefe de la Brigada especial de Washington, reconocido en la capital americana por su carácter insobornable y la eficacia de sus actuaciones. En este episodio se encarga de resolver la desaparición del pequeño Michael, hijo del Secretario del Tesoro y de su compañera del colegio, Maggie Rose, hija de una famosa estrella de cine, por los cuales el secuestrador solicita un rescate millonario.
Cross, que organiza la estrategia a seguir para recuperar a los niños, tropieza con las escasas pistan disponibles, dada la habilidad del delincuente para confundir a sus perseguidores. La presión sobre el detective Cross aumenta al aparecer, mutilado, el cadáver de Michael y adquirir el caso un declarado tinte político, al implicar a la familia de un ministro del Gobierno. El propio Cross se encarga de hacer entrega de los millones solicitados, con tan mala fortuna que el dinero cae en manos del delincuente sin que devuelva a la niña superviviente, Maggie Rose. Frustrado e impotente, Cross se margina del caso, aunque decide continuar por su cuenta la búsqueda de la pequeña. La acción se convierte en una lucha personal entre Alex Cross y Gary Sineji, el depravado y astuto secuestrador, que desafía al detective con nuevos crímenes que desconciertan a las autoridades, incapaces de detener al asesino. Pese a las circunstancias adversas, Cross no cede en su empeño, identifica al culpable y consigue procesarle, lo que da lugar a nuevas e imprevistas complicaciones. Se descubre durante el juicio que los agentes encargados de la seguridad de los pequeños, estuvieron involucrados en su secuestro y se apoderaron del rescate al disponer de las informaciones reservadas a la policía. Cross se ve obligado a reconstruir los hechos, separar responsabilidades y distribuir los cargos entre el secuestrador y los policías corruptos, con el fin de aplicar a cada uno de ellos las penas correspondientes. Alex Cross representa al policía honrado e inteligente que, debido al color de su piel, sufre la discriminación de sus compañeros blancos, aunque su competencia profesional acaba por ser reconocida y valorada por los jefes. El estilo, ágil, sencillo y directo, logra mantener el clima de tensión hasta el sorprendente desenlace final. Las referencias a la vida sexual del agente Cross, viudo reciente, se describen sin entrar en detalles morbosos, salvo en algún episodio ocasional.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa