LA ISLA DE LA INFANCIA

Tercera entrega de la trilogía Mi lucha de Karl Ove Knausgard que en este caso retrocede a su infancia para darnos a conocer un espléndido retrato autobiográfico. El pequeño Karl vive con sus padres y su hermano en una urbanización de la isla noruega de Tromoya. La obra arranca cuando el niño intenta aprender a nadar y se hunde, con el desprecio de su padre; a partir de ahí, se narra la historia de la soledad del protagonista, maltratado física y psicológicamente por su progenitor aunque algo protegido por su madre. Esta educación le crea un miedo y una inseguridad que le acompañarán durante bastante tiempo. Ove describe los juegos de Karl, sus amistades, sus tareas escolares, su despertar sexual, el descubrimiento de la música y la literatura. Pequeños mundos que van conformando para él una tabla de salvación, rescatándole de “la isla de la infancia” en que se ha convertido su vida y fortaleciéndole en su identidad personal.
Knausgard presenta una excelente obra literaria combinando la autoficción y la reflexión para mostrar un proceso de maduración con sus luces y sombras. Su autor despliega talento narrativo y un lenguaje brillante puestos al servicio de la voz en primera persona de un niño que aporta un punto de vista convincente y sincero. Un chico inocente y alegre a pesar de todo, que al llegar la pubertad se entretiene, como sus compañeros, en escarceos amorosos y fantasías eróticas referenciadas en alguna ocasión. Una novela sobre la indefensión y el temor junto con el hallazgo de pequeñas alegrías y progresos psicológicos cuya lectura atrapa al lector desde la primera página.

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